Con las 200 nuevas bóvedas que fueron construidas en el bloque 5, esperan solventar la demanda de espacios de sepultura por un año y medio.
En su intervención, el alcalde Eugenio Morocho explicó que esta obra tuvo un costo de 38.866 dólares. Además, previo a las labores de reconstrucción de las bóvedas, la municipalidad llevó a cabo el derrocamiento del mausoleo que presentaba problemas de hundimiento, para posteriormente realizar las labores de construcción.
Ruperto Mogrovejo, encargado del departamento de Cementerios, explicó que para el nuevo alcalde y concejales debe ser prioritario el proyecto de la ampliación del cementerio.
Los estudios están ya elaborados con una consultara, y se necesitan dos hectáreas de terrenos para la construcción en la parte posterior. El costo de la obra será de cuatro millones de dólares. Con la ampliación se ofertará 3.800 bóvedas de adultos, 800 para niños, servicios adicionales como cremación y sala de velaciones.
El párroco de la Diócesis de Azogues, padre Jorge Escobar, bendijo las bóvedas. (VGS)
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