La criminalística
es una función técnico-científica, aplicada por la Policía para determinar la
existencia de un delito y quién lo cometió.
Desde el mes de mayo del año
anterior funciona en la provincia del Cañar la Unidad de Apoyo Criminalístico,
que se encarga de investigar los presuntos
hechos delictivos, identificar a sus autores y aportar elementos de prueba a
los órganos que administran justicia.
Robin Fernando Contreras es el jefe de esta Unidad, quien junto a
cuatro personas trabajan en inspección ocular técnica en la escena del delito,
siempre y cuando cuenten con el apoyo de la ciudadanía.
En donde se hayan producido delitos como robos, asesinatos,
homicidios, suicidios, este personal policial acude para dar el tratamiento
técnico a la escena, con el fin de recoger indicios, como huellas dactilares o muestras
de ADN.
La información recolectada, en lo posterior, ayuda con la
investigación de la Fiscalía para dar con la identidad fehaciente de la persona
que pudo estar involucrada en el hecho. Es así que un caso ha sido resuelto en
el cantón Cañar.
Para realizar este trabajo disponen de insumos de criminalística;
para el levantamiento de huellas latentes usan polvos magnéticos, máquinas de
revelado de cianocrilato y máquinas de ADN con las que dan el tratamiento
correcto a las prendas de las víctimas. De igual forma, hacen el registro de
detenidos, fotografía forense, planimetría forense e identidad humana.
A fin de que su labor sea
eficiente, piden a la ciudadanía que en el caso de existir una muerte o un
robo, inmediatamente den aviso a la Policía Nacional, a través de una llamada
al 911.
Recomiendan, de forma especial, que no toquen nada para que no se
pierdan los indicios que pueden existir cerca del sector, porque dificultaría
la investigación. “Mientras menos se toque la escena es mucho mejor nuestro
trabajo, porque la cantidad de indicios que recolectamos es lo que ayuda a la
Fiscalía”, indicaron los agentes.
Este trabajo es totalmente gratuito y el tiempo que se demoran en
levantar la información dependerá de la escena, en unos casos se demoran una
hora, y en otros entre cinco a seis horas. (JM)
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