Personal médico, gestores comunitarios y psicólogos del Seguro
Social Campesino trabajan en el ámbito
de la prevención, con el propósito de evitar que sus afiliados lleguen a
adquirir alguna enfermedad.
Joel Abad, coordinador
provincial de la entidad, explicó que dentro de las prestaciones establecidas
del Seguro Social Campesino está la atención médica y odontológica enmarcada
dentro del campo de la curación, así como la prestación económica en la que se
encuentra la jubilación por vejez, incapacidad y el montepío.
Sin embargo, dijo que este seguro no está únicamente dedicado a dar
la atención médica y odontológica, sino también atiende en lo que es
prevención. “Ahí está un amplio campo de lo que se llama el nuevo Modelo de
Atención Integral de la Salud (MAIS)”.
Indicó que este nuevo modelo
abarca aspectos de trabajo a nivel comunitario, en donde laboran gestores en
salud, psicólogos, gestores en el desarrollo ambiental y comunitario, con el
objeto de hacer que el paciente no solamente llegue a la atención médica
buscando medicamentos, sino acuda para prevenir una enfermedad.
Para conseguir que eso se haga realidad, trabajan en la educación y
un cultivo de alimentos nativos, propios y sanos de cada uno de los sectores,
desechando ciertas sustancias químicas que pueden ocasionar daños al organismo.
De igual forma, desarrollan proyectos con instituciones como los
gobiernos seccionales, para mejorar la captación y conducción del agua, el
riego, de manera que se puedan obtener cultivos tradicionales autóctonos y
sanos para la salud.
Las personas que vivan y trabajen en el campo pueden beneficiarse de
estas prestaciones, solicitando su afiliación en los dispensarios del Seguro
Social Campesino. El aporte que deben realizar es de 1,79 dólares mensual por
familia.
En la actualidad, en la
provincia existen 28 dispensarios, 30.000 afiliados, 10.000 familias y
alrededor de 2.000 jubilados, entre activos y pasivos. Este número se
incrementa día a día. (JM)
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