La escalinata ubicada frente a la terminal terrestre interparroquial,
que une la calle Azuay con la Veintimilla y Luis Cordero, está convertida en
refugio de alcohólicos.
Las personas que tienen sus negocios en la zona sufren a causa de
este problema, porque los consumidores al no poder caminar por ese espacio, no adquieren
los productos y eso afecta su economía.
Este espacio también está manchado con grafitis, que a decir de los
moradores son pintados por los jóvenes que salen de la discoteca que está
ubicada a pocos pasos del lugar.
Los ebrios usan la escalinata para hacer sus necesidades biológicas,
dicen los afectados. “En una ocasión, unos jóvenes estudiantes se pusieron a
orinar en el lugar y cuando les reclamé, me lanzaron una botella que por suerte
no me tocó” contó una moradora.
Por esa razón, manifestó que prefiere no decir nada, porque cuando
llama a los policías, estos llegan tarde, incluso en una ocasión le dijeron que
“vea cómo se arregla porque ellos no pueden intervenir en eso”.
Ante ello, solicitó que se destine guardias para que vigilen el
sector porque esa situación les impide vivir con tranquilidad, sobre todo
porque en las noches de los viernes y sábados no pueden dormir por la bulla que
causan. (JM)
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