lunes, 25 de marzo de 2013

Todavía venden comida “chatarra” en bares de escuelas y colegios



La falta de control por parte de los directivos o de los comités de bares escolares sería la causa para que los estudiantes de las diferentes instituciones educativas continúen consumiendo productos chatarras.
A decir de Susana González, nutricionista de la dirección provincial de Salud del Cañar, en la mayoría de planteles existen comités interinstitucionales que están conformados por el rector, el representante del gobierno estudiantil, un padre de familia y un personal de salud que se encargan de la inspección periódica a los sitios de expendio, pero los que continuamente ingresan a los bares son los profesores.
Sostuvo que al momento se logró eliminar las gaseosas y algunos productos chatarras, pero todavía hay falencias porque se está vendiendo productos no adecuados, por ejemplo, las galletas rellenas que tienen bastante grasa y azúcar.
Según la funcionaria, uno de los problemas también es la falta de higiene y el almacenamiento de los utensilios de cocina, porque los bares escolares no tienen un espacio adecuado. “Cuando se va a un bar, es un lugar pequeño que no tiene lavados, ventanas y no está pintado” dijo.
A fin mejorar estas condiciones higiénicas, aseguró que en el seguimiento que realiza a estos locales, se hace recomendaciones para que se difunda a todos los profesores e  inclusive se pide que se den charlas de alimentación a los estudiantes.
 Les gustan las golosinas
Los administradores de los bares dicen que hacen coladas nutritivas y disponen de frutas, pero estas se dañan porque los chicos están acostumbrados a consumir golosinas, o cuando en el establecimiento educativo no las encuentran, guardan su dinero y compran en la primera tienda que esté abierta.
Asimismo, existirían algunas instituciones en las que las mismas maestras hacen vender a los estudiantes las golosinas para sus paseos, situación que está prohibida. De igual forma, otro de lo inconvenientes son los vendedores ambulantes que se ubican a pocos pasos de los establecimientos educativos.
La nutricionista señaló que se ha dialogado con los alcaldes de los diferentes cantones para que se haga una ordenanza o que se establezca que estos vendedores se coloquen a varios metros de distancia de los planteles, pero no se ha conseguido nada.
Todas estas situaciones que generan la venta de comida chatarra han hecho que los adolescentes presenten enfermedades como hipertensión, obesidad y otros. Por ello se recomienda que se denuncien estos casos a los Ministerios de Educación y Salud. (JM)

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