Basura, botellas de licor y olores a orina son frecuentes constatar en las afueras del edificio municipal.
Aunque funcionarios municipales empezaron a controlar que los espacios en el centro histórico estén libres de personas en estado etílico, pero no ha sido del todo posible erradicar este problema en el centro de la ciudad.
Es el caso de la planta baja del edificio de la Municipalidad de Azogues, donde personas inescrupulosas han convertido los pasillos en cantina y urinario público, de donde emanan malos olores.
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