martes, 8 de julio de 2014

Ex alumnas de la escuela "Corazón de María" volvieron a encontrarse

En medio de una tarde soleada, las calles de Biblián fueron testigos del paso de decenas de ex alumnas de la Unidad Educativa Corazón de María, quienes recordaron a la institución que los acogió en sus aulas y que cumplió su aniversario 119 de haber educado a mujeres y hombres de bien para la sociedad.
De acuerdo a la historia que Bolívar Montero narra en su libro de contexto geográfico e histórico de Biblián, escribe: “el 8 de junio de 1895, en medio de un torrencial aguacero, llegan a Biblián las religiosas: Madre María Angélica Corral en calidad de superiora interina, Josefa Iñiguez, Filomena Abad, Josefa Vera, y Encarnación Chuquiralao, las mismas que fueron recibidas por el sacerdote Daniel Muñoz, junto a gran cantidad de pobladores en la plaza central.
Un 10 de julio de 1895, en un local donado por la municipalidad comenzaron las matrículas para el primer año escolar donde fueron 200 estudiantes los que asistieron por primera vez.
El padre Daniel Muñoz estaba convencido que la educación católica debía ser gratuita para la mujer campesina y marginada.
Gloria Ortega, directora de la Unidad, recordó que con la ayuda de Dios y del pueblo se ha levantado la escuela. Cada uno ha recorrido caminos diferentes. Lo que les une a todos es haber vivido sueños. Haberse alimentado de los mismos principios y conocimientos. Las señoritas de la academia también fueron adolescentes soñadoras.
Algunas alumnas recordaron las anécdotas dentro de las aulas. Una de ellas fue que en los años 60 y 70, la institución tenía un calabozo en uno de los costados y las alumnas que no cumplían deberes o se portaban mal eran enviadas a este sitio. No faltó el amor de las religiosas y sus enseñanzas en valores de respeto al prójimo, los mismos que han sido transmitidos de generación a generación.
Otras recordaron las distancias que tuvieron que recorrer para llegar a la escuela. Una de ella contó que en el año 70 no había luz en su casa y su padre lo hacía estudiar a la lumbre de un mechero. Para llegar a la escuela desde Molobog viajaba en un carro lechero porque no había transporte. (AF)

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