Con estos nuevos oficios artesanales se mejoran las condiciones de vida de los habitantes de la zona.
Adolescentes y amas de casa que integran la microempresa de “Mujeres emprendedoras de Jatumpamba”, ubicada en la parroquia San Miguel de Porotos del cantón Azogues, perfeccionan sus conocimientos en confecciones textiles.
La presidenta de dicha asociación, María Ortiz, destacó el apoyo del Gobierno Provincial del Cañar para el grupo de 23 mujeres, quienes tienen la oportunidad de adquirir conocimientos en la rama de corte y confección. Señaló que la Prefectura entregó máquinas de coser y la microempresa es jurídica.
Las mujeres asisten a un curso de 300 horas, tiempo en el que se impartirán cinco módulos de especialización: falda y mandil, blusa, pantalón de mujer, vestido, diseño y combinación de colores para las prendas.
María Ortiz dijo que anteriormente se instruyeron sobre la operación y manejo de máquinas, para luego aprender todo lo que implica el arte de corte y confección. “Ahora tenemos un sustento para nuestro hogar. Esto representa un ahorro porque podemos confeccionar y arreglar las prendas de vestir tanto para nuestros familiares como para vender al público”.
Con esta formación que reciben en las diversas ramas artesanales, con metodologías sencillas de fácil comprensión, estas personas podrán tener su propio empleo, ser creadoras de fuentes de trabajo y un soporte en sus hogares. (JM)
Adolescentes y amas de casa que integran la microempresa de “Mujeres emprendedoras de Jatumpamba”, ubicada en la parroquia San Miguel de Porotos del cantón Azogues, perfeccionan sus conocimientos en confecciones textiles.
La presidenta de dicha asociación, María Ortiz, destacó el apoyo del Gobierno Provincial del Cañar para el grupo de 23 mujeres, quienes tienen la oportunidad de adquirir conocimientos en la rama de corte y confección. Señaló que la Prefectura entregó máquinas de coser y la microempresa es jurídica.
Las mujeres asisten a un curso de 300 horas, tiempo en el que se impartirán cinco módulos de especialización: falda y mandil, blusa, pantalón de mujer, vestido, diseño y combinación de colores para las prendas.
María Ortiz dijo que anteriormente se instruyeron sobre la operación y manejo de máquinas, para luego aprender todo lo que implica el arte de corte y confección. “Ahora tenemos un sustento para nuestro hogar. Esto representa un ahorro porque podemos confeccionar y arreglar las prendas de vestir tanto para nuestros familiares como para vender al público”.
Con esta formación que reciben en las diversas ramas artesanales, con metodologías sencillas de fácil comprensión, estas personas podrán tener su propio empleo, ser creadoras de fuentes de trabajo y un soporte en sus hogares. (JM)
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