Los malos olores que salen de los desagües que van a dar al río
Burgay afectan la salud y bienestar de los ciudadanos que habitan en el sector
La Playa y de aquellos que trabajan o recorren por las zonas adyacentes.
El color obscuro de sus aguas muestra que la contaminación persiste
en el río, a lo que se suma la basura arrojada en sus riberas.
En el puente de la calle Azuay, frente al hospital Homero Castanier,
el problema de los olores nauseabundos es más grave, así lo señala Carlos
Calle, chofer de la cooperativa de taxis “San Andrés”.
El conductor manifiesta que los días que hace calor, el olor es
insoportable. “Los compañeros que pasan la noche trabajando tienen que soportar
estos olores que afectan a la salud”, dijo.
A su juicio el inconveniente se generaría por las aguas servidas que
son arrojadas al río, por lo que también se incrementan las moscas y los
roedores.
Para que terminar con esta contaminación, sugirió que se haga funcionar
a los colectores marginales que fueron construidos, porque el río atraviesa la
ciudad y no es agradable ver el color que tienen sus aguas y los olores que
emana.
A más de ello, por la zona también existe el hospital y algunos
centros educativos que estarían siendo perjudicados. (JM)
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