Una de las bellezas
arquitectónicas más importantes de la ciudad como es el Santuario Franciscano
luce intransitable, especialmente en las escalinatas, por los malos olores que
de ahí emanan.
A pesar de existir tres baños,
las escalinatas en algunos tramos son imposibles de subir sus gradas. Moradores
de sectores aledaños a la iglesia, transeúntes y religiosos manifiestan su
molestia por los olores insoportables de la orina.
Si bien se realiza la limpieza
respectiva, e incluso están a disposición baños pagados,
la gente prefiere seguir haciendo ensuciando las paredes y gradas, por lo cual es
urgente que se haga un control para sancionar a los infractores, ya que dañan
la imagen de la ciudad. (PV)
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