Cerca de cuatro meses que funcionan dos alcoholímetros en el terminal terrestre, los cuales fueron instalados por la Agencia Nacional de Tránsito para evitar que los choferes realicen los recorridos en estado etílico.
El sistema funciona con la huella digital de los conductores, quienes tienen que soplar una boquilla, para que luego la máquina determine si el conductor ha ingerido alcohol.
Una vez que el conductor pasa la prueba la máquina genera un ticket que autoriza la salida desde el terminal, el cual es verificado por la policía para poder seguir su destino.
Diariamente más de 200 conductores tienen que someterse a esta prueba. El alcoholímetro es utilizado por los conductores de los buses Azogues-Cuenca, mientras que el otro por los choferes de los buses que van a varios cantones de la provincia y fuera de ella.
Sebastián Vintimilla, encargado del dispositivo de control, manifestó que es importante velar por los interés de los pasajeros, con lo cual se garantiza que los conductores desde su salida van sin alcohol en su organismo, evitando así posibles accidentes durante el transcurso del camino.
Se espera que los choferes hagan conciencia y tomen medidas de control para evitar accidentes, con lo cual se garantiza un buen servicio al usuario. (PV)
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