El delegado de la Defensoría del Pueblo del Cañar, Segundo Serrano, presentó la renuncia a su cargo el pasado 8 de abril para acogerse a la jubilación, toda vez que cumple con la edad y los años de servicio.
Sin embargo, hasta la fecha no ha recibido la respuesta del Defensor del Pueblo nacional, Ramiro Rivadeneira. Estoy esperando esa aceptación porque tengo que hacer la entrega de toda la maquinaria y los equipos de computación, señaló.
Reiteró que necesita esa aceptación para tramitar la jubilación, porque sin eso no lo puede hacer.
Pero por parte de la Diócesis se envió una comunicación al Defensor del Pueblo del Ecuador para que no se acepte la renuncia, porque desde la entidad en la provincia se viene desempeñando un gran trabajo.
Ante ello, Serrano contestó: “Yo mismo quiero irme, me siento enfermo, ya no estoy en condiciones de prestar servicios de forma eficiente como lo he venido haciendo”. Que la gestión hecha desde la Diócesis le honra mucho más, no como persona, sino más bien a la función que desempeña, porque la Defensoría del Pueblo ha sido capaz de llegar al corazón de los sacerdotes, que son conscientes de la labor que se ha desplegado en beneficio de los más pobres y humildes. (JM)
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