La autopista Azogues-Cuenca desde su construcción ha sido
una vía de peligro constante.
Miles de accidentes se han suscitado en cerca de los 15 años
de inaugurada, con la pérdida de al menos unas 500 vidas.
Un medio centenar de
cruces a lo largo de la vía recuerdan el fallecimiento de pasajeros y
transeúntes, debido a que vehículos que circulan a gran velocidad y en otros
casos por impericia o por conducir en
estado etílico perdieron la vida.
Pero no solo estas
son las causas, sino el gran número de negocios de comidas, latonerías,
mecánicas a cada lado de la vía, por lo que estacionan los vehículos pesados en
varios tramos, convirtiéndola en una carretera de alto riesgo.
Diversas campañas de
concientización se realizaron como el de “no más corazones azules en las vías”,
pero esto no sirvió de mucho, debido a que los accidentes continúan.
Según datos de la
Policía del Cañar y ECU 911 cada semana se suscitan, en promedio, tres accidentes en esta autopista.
Ante esta situación
que ha enlutado a muchas familias, es urgente el ensanchamiento de la vía
rápida, para así evitar que más personas mueran.
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