Su rico sazón con la que prepara esta delicia ha hecho que su
negocio prospere, convirtiéndose en uno
de los lugares favoritos para degustar de la comida rápida en la ciudad.
Saúl Sarmiento, oriundo de Paute, tiene 28 años de experiencia en el
arte culinario, con ganas de prosperar ha creado su propios negocios como el
bus comedor, kiosco de comida en el terminal, venta de tripa mizhqui y desde hace
dos año su nuevo local “El herraje”.
A sus 44 años y con dos hijos adolecentes, a quienes desea se
conviertan en alguien en la vida, ha incentivado a que cada día hay que ponerle
ganas en el trabajo para salir adelante.
En un pequeño local en la Av.24 de Mayo, junto a La Bodega está su negocio,
pintado de color Azul con blanco por su equipo favorito La Liga de Quito.
Junto con su esposa Gioconda Portilla y su hija Mónica, se encarga
de atender el local de lunes a sábado. Su rutina inicia desde las 7:00 pelando
papas, cortando el pollo y las verduras, de ese modo hasta las 8:30 tener todo
listo para comenzar a vender.
El aceite que utilizamos para
cocinar lo cambiamos a diario, nunca lo volvemos a ocupar, porque que la salud
de los clientes es nuestra prioridad, además para una mayor higiene ocupamos gorros, mandiles y guante en la
cocina.
Nuestros clientes son estudiantes de colegios, gente que va a
comprar en la bodega y conocidos de la ciudad, funcionarios públicos, por lo
que la comida siempre nos falta.
La papi pollo tiene un valor de 1,60 en el que incluye papás fritas,
un presa de pollo broster y ensalada de lechuga.
Nuestro horario de atención es hasta las 20:00, aunque en ocasiones
cerramos más tarde porque aun hay clientes. Suele pasar que en momento todo el
local queda vacío y de un momento a otro empieza a llenarse que incluso la
gente espera afuera para que alguna mesa sea desocupada.
Me gusta mucho cocinar, esta actividad lo aprendí en la ciudad de
Quito al formar parte de una compañía por Alemanes, quienes nos dictaron cursos
sobre gastronomía.
Soy una persona muy atenta y amigable con los clientes, he recibido
cursos de atención. Mi única preocupación es que la comida le sea del agrado.
Los
trabajos de venta de comida, han sido el sustento para mi hogar y a través de
ellos puedo pagar la universidad a mi hijo, además aspiro en un futuro poder
tener mi propio restaurante, y brindar una variedad de comida para que los
clientes deleiten su paladar como mi sazón.
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