lunes, 19 de agosto de 2013

Truraz no recibó alternativas para evitar circular por calle Emilo Abad

Gabriel Crespo, gerente de la empresa, tras asegurar que no son responsables de la destrucción del bolardo en la vereda de la calle Emilio Abad y Serrano, situación que ya sabían los funcionarios municipales, dijo que jamás el municipio ha emitido a la empresa Truraz, ni a la Agencia Nacional de Transito (ANT) del Cañar, un criterio de dimensión de los buses, de cuales son los informes técnicos que harían conocer la capacidad, el largo o el ancho.
“No existe ningún informe, por lo tanto no se debe confundir a la ciudadanía en estos aspectos”, señaló el dirigente.
Indicó que el desvío de la ruta que estaba prevista de manera permanente no se cumplió porque jerárquicamente la municipalidad no tiene la potestad para desviar el recorrido de los buses y manejar lo que son las frecuencias.
“Nosotros nos sentimos mal, porque buscan responsabilizar a terceros que seríamos los transportistas urbanos, sobre situaciones legales de las cuales ellos son los propios responsables”, dijo Crespo.
Agregó que la misma directora provincial de la ANT, Fabiola Quish-pi, sabe el por qué el recorrido de los buses no se dio por las calles Tres de Noviembre, Cuatro de Noviembre y Oriente; porque en primera instancia no cumplían la norma con respecto a la señalización del tránsito, pero sin embargo sí colaboraron con el desvío eventual hasta que se realicen las obras en la acera de la calle Emilio Abad.
Recalcó que el municipio nunca ha dado una sola recomendación, ni a la empresa Truraz ni a la ANT, con respecto al tamaño de los buses. Presume que por parte de la municipalidad no estaban enterados de cuáles son las normas a las cuales se debía acoger el transportista para mejorar el sistema de buses.
Añadió que el transporte urbano funciona desde hace 20 años en la ciudad y su recorrido se basa en un estudio técnico, y fue allí que se dispuso que se circule por la calle Emilio Abad.
Finalmente manifestó que para hacer un cambio de ruta se debe tomar en cuenta aspectos como la necesidad de los usuarios del transporte, sobre todo en el caso de las personas de la tercer edad y discapacitados. (JM)

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